El pasado domingo pudimos disfrutar del cuarto rastro de este año. Quedan otros tantos por celebrar hasta entrado el otoño, allá por el mes de octubre pero, mientras tanto, el barrio histórico de la ciudad se vestirá de luces. Entramos en su época dorada, la estival, que nos llevará a disfrutar de las Fiestas del Casco Antiguo 2013 los días 19,20 y 21 de julio y cuyo programa, prácticamente acabado, daremos a conocer en los próximos días.
Pero detengámonos un momento en lo acaecido en el Rasillo de San Francisco en una inmejorable mañana dominical. 52 puestos de artesanía de todo tipo, artículos de coleccionismo, antigüedades y la más variada representación de objetos de segunda mano, estuvieron presentes para deleite de los visitantes. Como novedad, destacamos la asistecia por vez primera de la Asociación «Tiene Tela», cuyos miembros relizaron una exhibición en vivo y en directo de sus habilidades en el mundo de las labores. No faltaron quejas por la supresión del sorteo del jamón y es que el crucero por el Mediterráneo monopolizó, esta vez, la mesa de la organización. Creímos conveniente no vender boletos de dos rifas distintas, para no castigar así los bolsillos de los transeúntes y que pudieran adquirir productos expuestos por los participantes que, al fin y al cabo, son la parte fundamental del rastro. No obstante, los partidarios del jamón pueden estar tranquilos, ya que volverá a ser protagonista de jornadas venideras.
El tiempo fue veraniego, luciendo un magnífico sol en todo lo alto, lo que propició la instalación de innumerables carpas entre los tenderos dando un colorido especial al mercadillo. Los componentes de Agayta y los niños y niñas de la Escuela Municipal de Danzas «Isidra Santos», acompañados del incansable Rastroncito, volvieron a alegrar el día a los allí presentes. Si no tuviste ocasión de acudir a verlo, podrás hacerlo el 14 de julio, fecha del próximo Rastro del Casco Antiguo.
Como venimos diciendo, es importante el esfuerzo de todos en dinamizar y programar actos que atraigan a un gran número de personas a nuestro barrio más emblemático; sin embargo, es fundamental y urgente acometer o rescatar, de una vez por todas, un plan serio que redunde en la mejora del casco antiguo en todas sus vertientes. Con la llegada de las vacaciones de verano, son muchos los turistas que se acercan a nuestra urbe a contemplar la Calahorra romana o a impregnarse de lo que es una ciudad bimilenaria. No podemos consentir, por mucho más tiempo, que muchas de esas personas se marchen de aquí con una sensación amarga y, en ocasiones, de indignación ante lo que han visto. Por ello, es tarea común, cuidar nuestro entorno e intentar mantenerlo lo más atractivo posible, pero es la administración local quien tiene la llave de conseguir, mediante las obras e infraestructuras necesarias, un casco antiguo digno de una gran ciudad histórica como es Calahorra.