Desde la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, queremos poner de manifiesto nuestro más profundo descontento, por la inacción del Ayuntamiento de Calahorra a la hora de mejorar el aspecto físico del casco histórico de la ciudad en lo que va de año.
Desde el primer día de su fundación, esta asociación ha tenido como principal cometido velar por los intereses del barrio y de sus vecinos, algo que ha hecho, hace y hará siempre en el futuro. Hay que tener en cuenta que aquí viven unas 6.500 personas, el 26% de la población calagurritana.
El estado actual del casco antiguo calagurritano es, en líneas generales, malo, desigual y lleno de fuertes contrastes. Existen lugares emblemáticos y turísticos de la ciudad que son muy apetecibles de visitar y otros a un paso, sin embargo, muy degradados y de aspecto vergonzoso.
Somos plenamente conscientes de la actual situación económica que viven las administraciones y hemos sido tremendamente responsables y prudentes con ella. No obstante, han sido muchas las quejas de los vecinos que han llegado a nosotros en todo este año referentes a la falta de limpieza, escombros desprendidos sin recoger en meses, escasez de iluminación en algunas calles, etc.
Estamos haciendo, entre todos y mediante actividades culturales de todo tipo, un gran esfuerzo en atraer a muchísima gente a nuestra zona más histórica, pero de poco o nada servirá sino viene acompañado de urgentes acciones que mejoren sustancialmente el aspecto de muchos puntos del barrio. Por ello no dejaremos de insistir, una y otra vez, en aquellas inversiones que figuran en los presupuestos municipales de 2012 y que siguen sin ver la luz. El Casco Antiguo necesita viviendas dignas y el mayor de los respetos hacia las personas que viven en él y hacia su patrimonio. Debe ser prioritario revitalizar la zona y para ello es fundamental ayudar a los jóvenes que quieran vivir en el barrio y ofrecer ayudas de rehabilitación de viviendas, sin tanto trámite burocrático, para quienes ya residen en él. Por ello consideramos que es muy urgente acometer de una vez la urbanización del solar de las Medranas y la posterior construcción de las 19 viviendas del IRVI cuando además sabemos que, por ejemplo, en Alfaro hace más de un mes que el Instituto Riojano de la Vivienda comenzó a edificar. Lo mismo ocurre con la urbanización del Planillo de San Andrés y la remodelación de la Plaza de Abastos, inversiones incluidas también en los presupuestos. ¿Por qué se incluyeron si no se iban a acometer? La disculpa de que no hay dinero se queda coja porque el año pasado la crisis ya era acuciante y cuando el propio equipo de gobierno anuncio que dichas inversiones no le iban a suponer apenas gasto al Ayuntamiento. La primera iba a costar 200.000 euros pero, aunque consignadas en presupuestos, el Ayuntamiento no iba a pagar nada ya que estaba previsto que el IRVI se hiciera cargo del coste íntegro de la urbanización.
La reforma del Planillo de San Andrés iba a suponer 425.436 euros, para los cuales el Ayuntamiento preveía recibir una subvención de 340.348 euros del Gobierno de La Rioja y obtener además 85.087 euros de la venta de terrenos municipales.
De las mismas fuentes esperaba el Consistorio obtener dos montantes de 127.500 euros cada uno para financiar las obras en la Plaza de Abastos, presupuestadas en 255.000 euros.
En cuanto a los numerosos inmuebles existentes en situación de ruina, solicitamos que se haga un estudio pormenorizado, establecer prioridades a la hora de proceder a sus derribos, dado el gasto que supone y, sobre todo, obrar en ellos no sólo para mejorar el aspecto, que también, sino, ante todo, para evitar desgracias personales por desprendimientos. Incidimos especialmente en el de las cloacas romanas en la calle San Andrés, asunto que ya planteamos al Ayuntamiento hace justamente un año en nuestra primera reunión. Demorar aún más este derribo conllevará más desprendimientos, como los sucedidos en los últimos días, que puedan ocasionar riesgos serios para los transeúntes. La agilización de este tipo de actuaciones supondría además un menor costo para las arcas municipales, evitando la degradación de los inmuebles anexos a los ruinosos por el llamado “efecto dominó”. Hemos comprobado como una demolición tasada primeramente en 72.000 euros, ha pasado en un año a más del doble, unos 150.000.
Los museos, ubicados en el casco antiguo, tienen su importancia y son fundamentales para el devenir turístico de Calahorra, pero no debemos olvidar nunca, que deben ser los yacimientos romanos los que nos diferencien del resto de poblaciones y el aspecto actual que presentan, tanto el de La Clínica como el del Sequeral, no invitan lo más mínimo a ser visitados, con el perjuicio que ello ocasiona al nombre de Calahorra. Las rutas guiadas por voluntarios municipales también deberían recalar en estos espacios, eso sí, previamente adecentados concienzudamente y acordes a su histórica importancia.
También es imprescindible dinamizar la actividad comercial. Sabemos que, con la crisis, se abren y se cierran establecimientos pero en esta zona, si se cierran, es muy difícil el reaperturarlos. Creemos conveniente dar facilidades para abrir nuevos comercios como, por ejemplo y como sucede en otras localidades, suprimir el coste de la licencia de apertura, para los que se instalen en el casco histórico. Quedarnos sin servicios supondría el estrangulamiento de la zona y la antesala de una muerte anunciada, algo que, por supuesto, no deseamos que ocurra.
En definitiva, le pedimos al Ayuntamiento una mayor sensibilidad hacia el casco antiguo y le instamos a apostar definitivamente por el barrio. Sólo así y de esta manera, conseguiremos mantener vivas nuestras raíces y la principal seña de identidad de Calahorra: su historia.
*Rueda de prensa ofrecida el 31 de octubre, para analizar el estado actual del casco histórico calagurritano, con motivo del primer año de andadura de la nueva Junta Directiva de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo.
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